Cómo limpiar el baño de forma correcta en poco tiempo
- cdgaldar
- 2 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Día a día realizamos tareas del hogar, habilidades domésticas, de manera automática sin pensar los beneficios que puedan llegar a tener. Para ganar autonomía en la realización de las mismas es imprescindible el aprendizaje de todas ellas. Veamos que beneficios tienen:
1. Desarrolla las habilidades motoras. Hacer la cama, ordenar la habitación, vestirse o poner la mesa son ejercicios excelentes para estimular el equilibrio y la coordinación motora.
2. Estimula la capacidad de colaboración. Cuando somos partícipes de las tareas del hogar sentimos que formamos parte de un equipo. Esta sensación de pertenecer a un grupo y de poder colaborar con el resto de los miembros de la familia desarrollará la capacidad para seguir instrucciones y la habilidad para trabajar en grupo.
3. Fomenta la seguridad en sí mismo. El hecho de que en casa realicemos las tareas solos representa mucho, pues lo percibimos como un gran gesto de confianza y sentirnos valorados por los miembros de nuestra familia, lo cual estimulará la seguridad en sí mismos y la autoestima.
4. Potencia el sentido de organización. Participar en las tareas del hogar nos hace ser más organizados en comparación con quienes no lo hacen. Un beneficio que no solo se expresa en el ámbito familiar sino que también repercute de forma positiva en rendimiento cognitivo, social,…
5. Facilita la instauración de hábitos. Los hábitos son muy importantes en la vida ya que no solo nos permiten organizarnos mejor sino que también nos hacen sentir más seguros.

Bueno tras una breve explicación de los beneficios de realizar tareas en casa pasamos a realizarlas.
En primer lugar cuando los levantemos de la cama vamos a asearnos y vestirnos, no nos vamos a quedar en pijama todo el día ¿no?. Por ello vamos a sacar nuestra mejor sonrisa y a ponernos guapos/as. No es necesario salir para arreglarnos y vernos lindos/as.
A continuación vamos a realizar una tareas que la solemos ver cómo compleja o simplemente nos entra mala gana a la hora de pensar en la necesidad de hacerlo. Por ello aquí van unos consejos de cómo limpiar el baño en pocos minutos y de forma más que correcta.

1. Despejar el suelo
Antes de ponerte manos a la obra, despeja el suelo, retira todos los objetos voluminosos que estorben (como taburetes, radiadores y papeleras), y aprovecha para tirar la basura o echar las toallas a lavar. Retira también los objetos de las superficies (lavamanos, laterales de la bañera...).

2. Barrer y quitar polvo
Una vez tengas despejado el suelo es el momento de barrer el suelo y quitar el polvo de las superficies. Se recomienda empezar siempre por el suelo porque es uno de los lugares donse se acumula más suciedad y, al limpiarlo, podemos desplazar sin querer los gérmenes a las superficies que habíamos limpiado previamente.
3. Dejar actuar los productos de limpieza
El siguiente paso a la hora de limpiar el baño a fondo es aplicar los productos de limpieza: el desinfectante en el inodoro, y el limpiador en la mampara, los azulejos, la bañera, el lavamanos y el bidé (siguiendo este orden). De este modo, el producto irá actuando y la suciedad se irá ablandando y te será más fácil retirarla cuando, luego, pases un paño limpio.

4. Limpiar los azulejos del baño y las mamparas
El mismo tiempo que has dedicado para ir aplicando los productos a las distintas superficies (el orden más indicado para aplicarlos es inodoro, mampara, azulejos, bañera, lavamanos y bidé) te habrá servido para que fueran actuando y ablandando la suciedad, y ya puedes ponerte a limpiar. La primera parada son los azulejos del baño y las mamparas de la bañera o la ducha.
5. Limpiar la bañera/ducha.
Después de los azulejos y las mamparas del baño, le toca el turno a la bañera. Puedes aprovechar el rociador de la ducha para aclarar el producto de limpieza con el que habías mojado toda la superficie.

6. Limpiar el lavamanos
Después de la bañera, pasa al lavamanos. Con un paño seco y limpio, retira el producto que habías dejando actuando en el seno del lavamanos y la grifería. Luego, pásalo también por el resto de la pieza que forma el lavamanos o la superficie en la que está encastrado. Y finalmente limpia el espejo con un papel de periódico. Su textura arrastra la suciedad sin rayarlo y sin dejar brillos.

7. Limpiar el bidé
En el caso de que tengas bidé, haz lo mismo que con el lavamanos. Retira con un paño limpio el producto con el que habías impregnado el interior y la grifería y habías dejado actuando.

8. Limpiar el inodoro
Es muy importante que hayas empezado poniendo desinfectante en el inodoro, pero que sea el último lugar que limpias. Así consigues que el desinfectante actúe el mayor tiempo posible. Y dado que es uno de los principales focos donde se acumulan los gérmenes, que no corras el riesgo de "infectar" otras superficies utilizando sin querer el trapo que has usado para limpiar y secar el inodoro para limpiar el lavamanos, la bañera...
9. Fregar el suelo
Una vez hayas limpiado todas las piezas y superficies del baño, es el momento de fregar el suelo.
10. Colocar todo en su sitio
Por último, solo te falta colocar los objetos voluminosos que habías retirado (calefactores, papeleras, carritos...) y poner toallas limpias. Y si quieres evitar limpiadores y sustancias nocivas para la salud o el medio ambiente, a continuación te contamos cómo hacer tus propios productos de limpieza caseros para limpiar el baño.

CÓMO LIMPIAR EL BAÑO CON PRODUCTOS CASEROS
Desinfectante casero. Mezcla una parte de vinagre blanco y otra de jabón neutro por cada dos de agua. Con el gel resultante puedes desinfectar las superficies del baño sin perjudicar tu salud ni el ecosistema.
Antical casero. Mezcla bicarbonato sódico y vinagre blanco a partes iguales (no te alarmes por la espuma que pueden producir al mezclarse ya que no es nociva). Utiliza esta mezcla para frotar las manchas de cal o para dejarla actuar en el inodoro y, pasados unos 10 minutos, frotar las manchas del fondo del inodoro con ayuda de la escobilla.
Abrillantador casero. Para devolverles el brillo a los azulejos, humedece un paño con una mezcla de agua y bicarbonato. Frota los azulejos y luego retira los restos de bicarbonato con un paño limpio y seco.
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